Políticos estadounidenses, conjuntamente con varias
compañías poderosas de Internet han conseguido frenar la regulación de Internet. Dicha regulación intentaría
poner barreras y aumentar el control gubernamental sobre los contenidos y las
comunicaciones poniendo en grave
peligro la red abierta que es Internet hoy en día, hubiera sido una catástrofe.
Debido al aumento de los delitos cibernéticos y
servicios como Twitter o Facebook,
alejados de la doctrina interna de cada país ha llegado a los gobiernos a intentar regular La Red durante el
tratado global de las telecomunicaciones, pero la negativa de los EE.UU. a firmar el tratado pudo haber convencido a
otros gobernantes para que tampoco lo hicieran.
Tuvieron mucho apoyo, uno de esos apoyos vino del gigante
de las búsquedas, Google, los
estadounidenses adoptaron una postura muy firme contra dicho tratado ya que el
fin del mismo es conocer el enrutamiento del tráfico o la identidad de los
usuarios. En el caso de que finalmente se aprobase el tratado los proveedores
de servicios de Internet podrían verse obligados a censurar contenido, monitorear e incluso reportar.
Por lo tanto, internet sigue siendo libre, podemos
navegar por cualquier página con nuestro navegador sin miedo, esperemos y se
mantenga así por muchos, muchos años más.