Después
de las sorprendentes pérdidas del último ejercicio, Microsoft ha puesto sobre
la mesa los resultados de su primer trimestre fiscal, que finalizó el 30 de
septiembre con unos ingresos de 16.010 millones de dólares. Sacadas las
cuentas, esta notable cantidad se tradujo en 5.310 millones de dólares en
beneficios antes de intereses e impuestos; que pueden sonar de maravilla sobre
el papel, pero que al mismo tiempo representan una sensible caída frente a los
7.200 millones de dólares del mismo periodo del año pasado. Los beneficios
netos fueron de 4.470 millones de dólares.
Estas
cifras se explican en parte por el enfriamiento del mercado informático
tradicional, pero tampoco podemos ignorar el hecho de que consumidores y
empresas llevan tiempo esperando al lanzamiento de Windows 8 para cambiar de
ordenador; sólo hay que ver que los ingresos de la división Windows cayeron un
9% en comparación con el último informe.
Por
otro lado, el departamento de Servicios Online creció un 9%, mientras que
Entretenimiento y Dispositivos, hogar de Xbox 360, Skype y Windows Phone 8,
perdió un 1% interanual, con unos ingresos de 1.950 millones de dólares.
Imaginamos que el lanzamiento de la nueva generación de teléfonos WinPho
también aportará su granito de arena a las cuentas del próximo trimestre, que
sin duda será la auténtica prueba de fuego para Microsoft.
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