Para nadie es un secreto, la
guerra que existe en Siria, las fuerzas rebeldes (que son tropas europeas
preparadas para la guerra que ellos mismo se autodenominan mercenarios) y el ejército
sirio, leal al actual presidente, es una guerra de armas y también una guerra
telecomunicacional lo que vive el país sirio.
Haciendo un poco de historia, recordemos que por allá en los años 40, los escuadrones cazatanques de jóvenes nazis en bicicleta asolaron a los aliados que invadieron Europa durante la Segunda Guerra Mundial, y hoy, este vehículo civil adaptado al conflicto, también va camino a convertirse en un arma letal.
Haciendo un poco de historia, recordemos que por allá en los años 40, los escuadrones cazatanques de jóvenes nazis en bicicleta asolaron a los aliados que invadieron Europa durante la Segunda Guerra Mundial, y hoy, este vehículo civil adaptado al conflicto, también va camino a convertirse en un arma letal.
Los supuestos rebeldes que luchan
en Siria por el control del país contra las tropas regulares del ejército, diseñaron
un tanque de nombre Sham II, que posee el chasis de un automóvil de calle,
cubierto con una coraza externa de acero y que puede ser manejado utilizando un
joystick de PlayStation, tanto para maniobrarlo como para activar cualquiera de
sus cinco cámaras externas o su ametralladora.
El arma bélica está equipada con una
ametralladora de 7,62 milímetros y es controlado a través de un joystick de la
consola de Sony, utilizando las imágenes provistas por las cinco cámaras
externas, que son visualizadas desde una pantalla LCD de 32 pulgadas desde el
habitáculo. El creador de este móvil asesino es Mahmud Abud, un miliciano integrante de la brigada
Al-Ansar, ubicada en la ciudad de Aleppo, al norte de Siria. Según Abud, el
Sham II fue una idea de su hermano ingeniero y que tardaron poco más de un mes
en construirlo, invirtiendo una cantidad de $10 mil, por supuesto sin la ametralladora.
Aquí le tramos el vídeo del curioso objeto, sin
duda una idea genial de este señor, lástima que sea para acabar vidas.